martes, 13 de octubre de 2009

˝Es muy posible que exista algún misterio en las nubes –dijo Silvestre–, pues hay ciertos cielos nublados que ejercen influencia sobre nosotros de un modo singular. Es como si nos atrajeran y quisieran arrastrarnos de un modo violento hacia sus húmedas sombras, y cuando su forma es atrayente, similar a un deseo exhalado por nuestro pecho, la claridad que deja en la tierra se nos antoja una luz maravillosa, como un presagio de belleza desconocida e inefable. Pero existen así mismo nublados furiosos, terribles, que parecen amenazarnos con todos los horrores de las pasadas tinieblas. Se diría entonces que el cielo no va a volver a brillar ya jamás con luces serenas, que la pureza del azul se ha perdido para siempre y que ese matiz cobrizo que reluce entre las negras sombras repletas de angustia, llena los corazones con su presencia opaca.˝
˝Enrique de Ofterdingen y otros textos˝
Novalis

No hay comentarios:

Publicar un comentario