miércoles, 23 de diciembre de 2009

— Honraré La Navidad con todo mi corazón y procuraré observar su espíritu todo el año. Viviré en el pasado, en el presente y en el futuro. Los espíritus de los tres actuarán dentro de mí. No cerraré los oídos a las lecciones que ellos me enseñen. ¡Oh, dime que puedo borrar lo que está escrito en esta lápida!

Angustiado, agarró la mano espectral. Ésta trató de liberarse, pero Scrooge encontraba fuerzas en su súplica, y la retuvo. El espíritu, más fuerte que él, lo rechazó.

Al alzar las manos en una última súplica para que alterase su destino, vio que la capucha y el vestido del fantasma experimentaban una transformación.

Menguó, se encogió y se redujo hasta convertirse en una columna de cama.

¡Sí! Y la columna de cama era suya. Y la cama era la suya, y suya la habitación. ¡Y lo mejor y más venturoso de todo era que el tiempo que tenía por delante, para enmendarse, también era suyo!

— ¡Viviré en el pasado, en el presente y en el futuro!

Cuento de Navidad
Charles Dickens