miércoles, 10 de marzo de 2010

"… tuvo que forcejear con dos palabras gigantes, cargarlas al hombro y arrojarlas con torpeza a los pies de Ilsa Hermann. Pesaban tanto que al final la tambaleante niña no pudo sostenerlas más y cayeron de lado. Quedaron postradas en el suelo en toda su extensión , extravagantes y desgarbadas.

Dos palabras gigantescas:


“Lo siento”
…"

La ladrona de libros
Markus Zusak

In-Quietud [Serie XI - 7]