domingo, 19 de septiembre de 2010

‟... Cuando llegaba con su coche, se paraba al pie de la escalinata de la Villa y se quedaba un momento jugando con nosotras a la rayuela. Se marcan unas señales con yeso en el suelo y luego hay que saltar siempre a la pata coja. El señor Van Marlen lo intentaba pero no ganaba nunca. Es tan grande y tan gordo que siempre acaba bajando el otro pie; entonces Baby se ríe y grita.”

El cielo se cae
Lorenza Mazzetti

In-Quietud [130910]